lunes, 18 de octubre de 2010

LA TELEVISIÓN DE VENEZUELA: (Tercera Entrega)

Ennio Di Marcantonio D.G. (enniodimarcantonio@yahoo.es)
Periodista - PNI – Músico
En los sesenta, la televisión venezolana se perfilaba como un negocio rentable en una Caracas donde ya se hablaba de 500.000 aparatos receptores, en una ciudad que apenas rozó el millón de habitantes en 1958, sin contar la llegada del medio a Valencia y Maracaibo a finales de los cincuenta.
Se anunciaba la democracia, y de Estados Unidos llega importado el Pacto de Punto Fijo, donde venezolanos negocian el reconocimiento internacional a la naciente democracia a cambio de la exclusión política, social y económica de otros venezolanos. La izquierda se va a la lucha estudiantil y armada para exigir su espacio en una democracia que, se suponía, combatiría la exclusión dejada por la dictadura.
A partir de los sesenta, la televisión venezolana no buscaba informar, entretener, ni educar. Ya el nuevo medio no era vocero de una dictadura abierta, sino reproductor de una falsa democracia, excluyente y bipartidista, y de una sola ideología, finamente camuflada en noticias pagadas por transnacionales que, a diferencia de la imposición dictatorial, camuflaban la explotación como información estimulante del conformismo.
El entretenimiento, la distracción, también fue víctima del adoctrinamiento capitalista. El teleteatro que presentaba las obras magistrales de nuestra literatura fue sustituido por un formato que convirtió la dramaturgia en una fábrica de sentimientos: La Telenovela. Primera promotora del el egoísmo, contrario a la generosidad venezolana: Los ricos estaban ahí por su esfuerzo, y los pobres debían conformarse con la injusticia del mundo. Si algún pobre surgía, era una excepción, no motivada por el trabajo, sino por parentesco, por amiguismo, o por venganza contra alguien que hizo daño.
La producción cinematográfica venezolana no alcanzaba ni para una programación regular, mientras que Estados Unidos invertía todo recurso para inundar a los países que ‘necesitaran’ de producción con su cine, no sin antes aportar un poco de chauvinismo y anticomunismo a sus historias.
¿Se dieron cuenta los legisladores y contralores de todo esto?, no se pierdan el próximo capítulo.

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