¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál será nuestro futuro? .Si seguimos enfrascados en una vieja sociedad, que antes de tener como prioridad los valores y cualidades naturales que caracterizan a un ser humano, se empeña en transformase fácilmente en mercancía, dominados por los mensajes vacios enviados desde los medios de comunicación. Las familias son formadas por el imperio televisivo, y no sobre aquellos fundamentos de vida la honestidad, la lealtad, la solidaridad y principalmente el amor. Los núcleos familiares se dividen al incorporarse factores alejados a la convivencia y la comunicación intima; la competencia predomina en los hogares, para los niños el valor humano tiene un precio: el número de aparatos de última generación que tengan. El conflicto familiar se resume a lo estrictamente material, provocando como resultado seres del futuro: psicópatas ambiciosos o delincuentes.
Y nos seguimos preguntando lo mismo, en una calle sin salida. ¿Cuál es el concepto del buen vivir de esta sociedad en total decadencia. El derroche ilógico del dinero, la compra de artefactos que torturan a la Madre Tierra, la arrogancia de sentirse poderosos; y el alivio de saber que sus hijos seguirán su “maravilloso” ejemplo, la dinastía del derroche capitalista?
Es profundamente aberrante pensar que el derroche, la inconsciencia y la ignorancia son conductas para vivir mejor, el camino de la muerte. Hoy en día debemos enfrentarnos con el esquema de la perfección de los cuerpos, relegando a un lado el conocimiento, la sabiduría.
Continúa…
Emilio Pino