Mientras desde el Frente para la Defensa de la Democracia se anuncian
movilizaciones y cortes de ruta para hoy, millares de personas se
reunieron ayer en Asunción frente al edificio de la emisora estatal.
Desde el pasado viernes la televisión pública de Paraguay se
encuentra tomada por los trabajadores, con el apoyo del Sindicato de
Periodistas, la Organización de Audiovisualistas del Paraguay y el
recientemente constituido Frente de Defensa de la Democracia. La medida
fue adoptada como reacción a la decisión de intervenir los medios
públicos, una de las primeras resoluciones adoptadas por el gobierno de
Federico Franco después del golpe institucional que derrocó a Fernando
Lugo. Grupos de jóvenes construyeron dos barricadas en las calles de
acceso. El sistema de medios públicos está en la órbita de la Sicom
(Secretaría de Comunicación para el Desarrollo), creada con rango
ministerial por el derrocado Fernando Lugo en uno de sus primeros actos
de gobierno. De allí dependen, entre otros, la Radio Nacional del
Paraguay, la TV pública del Paraguay y la agencia de noticias IP
Paraguay.
Mientras desde el Frente para la Defensa de la Democracia se anuncian
para hoy movilizaciones sociales que incluyen cierres de rutas y
manifestaciones frente a los edificios del gobierno para repudiar a los
nuevos funcionarios designados por Franco, millares de personas se
reunieron ayer en Asunción frente al edificio de la televisión pública,
en Alberdi y Haedo de la capital paraguaya, para expresar su repudio al
golpe y su respaldo a las autoridades destituidas. Hasta allí llegó el
propio Fernando Lugo, aunque no formuló declaraciones en el lugar. “Todo
está controlado aquí. No queremos infiltrados. No permitimos consumo de
bebidas alcohólicas, ni portación de ningún tipo de armas. Controlamos
todo, porque no queremos que este acto ciudadano sea infiltrado por
nadie que quiera destruir este ambiente”, manifestó uno de los jóvenes
de la barricada.
Ante los manifestantes el director de la televisión, el cineasta
Marcelo Martinessi, se alegró que “la gente esté tomando este proyecto
como suyo”. Y agregó que “la ciudadanía está tomando su lugar”,
recordando que durante el gobierno de Lugo “nunca hemos recibido ningún
tipo de sugerencia de censura. Sin embargo, anoche, casi a la
medianoche, hemos recibido a alguien que dijo venir de parte del
presidente Federico Franco pidiendo que no se emitan ciertos programas
producidos por el canal durante el juicio político al presidente
Fernando Lugo”.
Al grito de “dictadura nunca más” y mostrando carteles que referían
el rechazo ciudadano al gobierno instalado tras el golpe institucional,
los manifestantes se expresaban pacíficamente observados a la distancia
por fuerzas de seguridad. En el lugar, el ex ministro de la Sicom,
Augusto Dos Santos, afirmó que “con la ciudadanía no se juega, con la
soberanía de la ciudadanía no se juega. Este es un espacio que hemos
construido y seguiremos construyendo. Esta televisión es de la
ciudadanía” y pidió “que se respete la TV pública, que se respete el
proyecto de los medios públicos”.
Milva Rivarola, politóloga, analista, quien hasta hace unos días
conducía un programa de análisis en la televisión pública, manifestó que
las autoridades deben “entender estas manifestaciones como
apropiaciones que la ciudadanía está haciendo de un medio público”.
Cecilia Vuick, de la Juventud del Partido Popular Tekojoja, advirtió en
un momento queno “se les antoje a las autoridades sacarnos lo que a la
ciudadanía corresponde”.
Los trabajadores de la televisora instalaron frente al local del
canal un micrófono abierto a través del cual se escucharon
manifestaciones a favor de que “los medios públicos sigan siendo
públicos y no gubernativos o estatales o propagandísticos”. Durante la
tarde, la energía eléctrica de la televisora fue cortada por técnicos de
la ANE (Administración Nacional de Electricidad) actuando por “órdenes
superiores”, pero el servicio fue rápidamente repuesto cuando la
maniobra fue advertida por los manifestantes.
El cantautor Ulises Silva dijo, dirigiéndose a sus conciudadanos, que
“así como gritamos por la albirroja les pido que vengan a defender la
democracia aquí frente a la televisión pública”. Entretanto los
manifestantes coreaban “Galaverna, queremos tu cabeza”, aludiendo al
senador colorado Juan Carlos Galaverna, uno de los primeros impulsores
del juicio político a Lugo. Silva, un músico popular, preguntó en un
momento mientras cantaba: “¿Cómo se dice golpista en Paraguay?”. El
público respondió: “Franco, Franco”, aludiendo a Federico Franco.
“Defendamos la democracia”, dijo al final de su canción.
“Todavía no estamos asimilando bien lo que pasó. Hay gente muy poco
crítica y a veces, con tonos triunfalistas, están festejando lo hecho en
el Paraguay. Es grave lo que aquí sucedió. No estamos dimensionando el
hecho. Esta parte de la historia será recordada como un capítulo negro.
Me preocupa la intolerancia”, manifestó Andrés Colmán Gutiérrez,
periodista del Diario Ultima Hora y Presidente del Foro Permanente de
Periodistas, Fopep.
El senador Luis Alberto Wagner, del Partido Liberal Radical Auténtico
y uno de los pocos que se mantuvo fiel a Lugo, denunció que fue
censurado en el Congreso. “No me dejaron hablar y vengo a sumarme a la
manifestación para decir mi verdad”. Wagner denunció que los hechos de
Kuruguaty “fueron montados y que el diputado Oscar Tuma, del Partido
Colorado y principal acusador de Lugo, lo sabía”. Mencionó también la
existencia de un documento en el que el diputado solicitó a la Comisión
del Senado se ordene el desalojo de las tierras donde está establecida
la Estancia Morombi, del ex senador colorado, Blas N. Riquelme, en
Kuruguaty donde murieron 17 personas, diez días atrás.
Maggiorina Balbuena, de la Coordinadora de Mujeres Indígenas,
denunció que “por causa de un plan nefasto fueron asesinados varios
compañeros en Curuguaty”. Calificó al Congreso Nacional de nido de
mykurê ha anguja (comadrejas y ratas). Y dijo que “éste es un gobierno
de facto, de un sector minoritario, que está empezando a ser castigado
por la comunidad internacional. Después de que mucha gente haya
derramado su sangre en América latina, se va construyendo un nuevo
modelo, para que, como pueblo, demos otra cara a la humanidad, una
humanidad que no puede convivir con las violencias, desapariciones y
desalojos violentos”, manifestó al condenar el golpe de estado producido
por el Congreso.
Esperanza Martínez, ex ministra de Salud, dijo que “el nuevo modelo
se llama golpe parlamentario”, unos meses antes de que el pueblo ejerza
su derecho al voto. “Vamos a salir pacíficamente a dar nuestros votos de
apoyo a la ciudadanía que quiere la democracia. Prendamos velas,
cantemos en las calles, en cualquier idioma, estemos juntos,
solidariamente y luchemos pacíficamente”, dijo y agradeció “las
decisiones de los países que apoyan nuestra lucha”.