jueves, 20 de mayo de 2010

REVOLUCIÓN

Las Revoluciones están construidas con sangre, con ilusiones, con esperanzas y con ansiedades verdaderas. Y de alguna manera, ella nos ayudara a encontrar un sentido a la existencia. Es la proeza de los sueños, la osadía de los sentimientos. La verdadera condición humana. Con la revolución podemos palpar la racionalidad, el optimismo, la confianza en el progreso; progreso que es el verdadero sentido de la revolución, es el término que resume las luchas, la evolución de las ideas y la consolidación de la conciencia humana. El gran maestro víctor Hugo, expresa de manera acertada su impresión con respecto al porvenir y a la revolución. En su extraordinaria novela los miserables. Veamos:

“ Ciudadanos : ¿ Os imagináis el porvenir ? las calles de la ciudad inundadas de luz, ramas verdes en los umbrales, las naciones hermanas, los hombres justos, los ancianos bendiciendo a los niños, lo pasado amando a lo presente, los pensadores en completa libertad, los creyentes iguales entre si; por religión, el cielo, por sacerdote a Dios; la conciencia humana convertida en altar, extinguido el odio; la fraternidad del taller y de la escuela; por penalidad y recompensa, la notoriedad; el trabajo, el derecho, la paz para todos; no mas sangre vertida, no mas guerras, ¡las madres dichosas! el primer paso es sojuzgar la materia; el segundo, realizar el ideal. Reflexionad en lo que ha hecho ya el progreso (…). ¡Ciudadanos! suceda hoy lo que quiera; venzamos o seamos vencidos, vamos a hacer una revolución. Así como los incendios iluminan toda una ciudad, las revoluciones iluminan todo el género humano.
¿Y que revolución haremos? Acabo de decirlo: la de verdad. Desde el punto de vista político, no hay más que un principio la soberanía del hombre sobre si mismo. Esa soberanía del yo sobre el yo se llama libertad”. ¡Que mágicas y apasionadas, suenan estas palabras!; ¿estamos cerca del progreso?, solo pensemos en la capacidad de un hombre en idealizar el “dogma” del progreso tomando en cuenta que vivió en otra época. ¡Debe llegar el momento en que las multitudes, puedan idealizar verdaderamente el progreso humano y así concretarlo. Volvamos a recordar al mismo Víctor Hugo, diciendo que el hombre no es un circulo de un solo centro, es una elipse de dos focos: uno, le constituyen los hechos, otro, las ideas”. El hombre es la revolución viviente, es nuestra conclusión.

La revolución es un hecho histórico, donde se une la esencia de los pueblos, la filosofía de los idealistas, las diferentes ciencias, la luz de la poesía y el sueño de un mundo nuevo. Las palabras son hechos humanos, PROGRESO, REVOLUCION Y SOCIALISMO. Entonces, camaradas sigamos en la eterna lucha ¡los milagros de la historia tocaran nuestra tierra!, nunca olvidemos el valor de la ciencia, combinado con las ideas, allí esta la clave del progreso. “SUCEDA HOY LO QUE QUIERA, VENZAMOS O SEAMOS VENCIDOS”.



PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE!

Emilio Pino

MIGUEL ACOSTA SAIGNES

Nace el 8 de noviembre de 1908 en San Casimiro (Estado Aragua). Desde 1927 comienza a participar en actividades políticas clandestinas contra el gobierno de Juan Vicente Gómez, como integrante de la Generación del 28 y luego en las protestas del régimen de Eleazar López Contreras. El resto de su vida apoyará las acciones revolucionarias vinculadas a las ideologías socialistas.

Durante sus primeros años, en su paso por numerosos internados y pensiones, conoció personas de diversas partes del país, cuyas diferencias lo motivaron a estudiar la naturaleza humana. Así decide convertirse en psiquiatra e ingresa en 1928 en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. A partir de ese momento se dedicará durante toda su vida al estudio de la antropología, la etnología, la historia, la historiografía, el indigenismo, la arqueología y el folclore; así como la geografía humana, la sociología, la psicología, el periodismo, la política, la pedagogía y la educación, con la convicción de instruir a Venezuela acerca de su propia cultura y el afán de “ indagar en la historia de las minorías ignoradas”. Actividades que desarrollaría muchas veces de manera simultánea e interdisciplinaria.

Entre 129 y 1935 despierta su interés en la vida de los indígenas al escuchar las experiencias del escultor Alejandro Colina con comunidades indígenas como las de la Guajira. En 1930 dicta la primera conferencia sobre Freud en Venezuela y comienza su actividad pedagógica como profesor en diversos institutos de educación secundaria y superior.

En los años treinta consolida su carrera periodística, iniciada con su trabajo de linotipista, traductor de cables internacionales y colaborador de El Heraldo, La Voz del Estudiante, Últimas Noticias, El Nacional, entre otros. Funda los periódicos El Popular y La Victoria (1936) con Juan Morales Lara y Alejandro Alfonso Larraín, y la revista Gaceta de América (1935) con Inocente Palacios.

En 1937 se exilia en México y estudia Economía hasta 1940, cuando ingresa en la primera carrera universitaria constituida en América Latina para el estudio de la Antropología. En 1938 publica latifundio: el problema en Venezuela, referencia obligada sobre la reforma agraria. En 1945 se gradúa con la tesis El comercio de los aztecas, recomendada para su publicación, y en 1947 obtiene el titulo de máster en Ciencias Antropológicas con la tesis Los caribes de la costa venezolana (1946).

En 1946 regresa a Venezuela como el primer venezolano que obtiene el titulo de antropólogo y desarrolla una densa labor intelectual y docente que se inicia con la creación del Departamento de Antropología de la recién fundada Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela, encomendado por Mariano Picón Salas, decano fundador. En este departamento se crea la cátedra libre sobre indigenismo que impulso a su vez la Comisión indigenista creada en 1948.

En 1947 participa en la creación de la Sección de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela y se destaca como director- fundador de la Escuela de Periodismo hasta 1949. Luego comienza a dedicarse con mayor ahincó a los estudios del folclore y funda la revista Archivos Venezolanos de Folklore con Ángel Rosenblat y Rafael Olivares Figueroa, así como Cuadernos Afroamericanos.

En 1949 dirige el recién creado Instituto de Antología y Geografía que se transformó en 1954 en el Instituto de Antropología e Historia. En 1954 funda la cátedra de Etnología Antigua de Venezuela en la Universidad Central de Venezuela y como resultado de investigaciones desarrolladas durante esos años comienza a publicar importantes estudios considerados hoy como pioneros en su género y referencia inevitable: Estudios de etnología antigua de Venezuela (1954), Cerámica de la luna en los Andes venezolano (1957), Historia de los portugueses en Venezuela ( 1959), Estudios de folklore venezolano ( 1962) y Bolívar: acción y utopía del hombre de las dificultades (1977) .

En 1961 obtiene el titulo de licenciado en Geografía por la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, y en 1962, doctor en Antropología por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela con la tesis Vida de los esclavos negros en Venezuela. Con esta investigación, publicada en 1967, rescata del olvido los prejuicios y la injusticia en la existencia de los esclavos negros en la historia de nuestro país, y se convertirá en pionero de este tema en Venezuela.

Se desempeña como decano de la Facultad de Humanidades y Educación en dos períodos: 1965- 1968 y 1968- 1971. Igualmente, su interés por la política venezolana lo llevará a ejercer entre 1964 y 1969 el cargo de senador. En 1989 muere a los 81 años en Caracas dejando tras de sí alrededor de veintitrés libros, dieciséis prólogos, veinte reseñas a libros y doscientos cincuenta y cinco artículos sobre el estudio de nuestro país, de nuestros pobladores originarios y de los sentires más íntimos de nuestra cultura.


(Está información fue extraída, de la Revista Cultura de Venezuela, A Plena Voz Edición N 47- 48)


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