El materialismo dialéctico es la filosofía del presente y del futuro. He aquí un método para filosofar y para intervenir prácticamente, o sea en acción, en la naturaleza, la sociedad y el desarrollo humano: el materialismo dialéctico. Método para filosofar activamente sobre las leyes del movimiento más generales en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano. Ideas científicas bajo un método revolucionario de transformación de la realidad que posibilita el análisis y la reflexión sobre los hechos más diversos y sobre los acontecimientos relacionados con la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano. El materialismo dialéctico como herramienta para un filosofar, sabroso y movilizador, aparece en la actualidad como un método perfectible por exigencia propia que, además de facilitarnos el trabajo de entender crítica y coherentemente el pasado, permite comprender el presente a escala mundial y además, esto es una de sus fuerzas más poderosas, permite elaborar pronósticos críticos, adelantar hipótesis sobre el futuro sin determinismo, sin fatalismos. Es una herramienta magnífica para poner en claro cuánto depende el futuro de nuestra capacidad de acción organizada y revolucionaria. Como ningún otro método.
Contamos con el materialismo dialéctico como praxis, que en sí comporta la exigencia de su propia crítica y desarrollo, que implica también, elección crítica de método, praxis y desarrollo del método. No es un método cerrado, no es un método intocable y esa es una de sus riquezas y rigores. Es en el “campo” de la filosofía donde se concitan los nervios teórico- metodológicos de muchas ciencias o disciplinas que no le temen al “rigor” científico, que entienden por “rigor” la búsqueda infatigable y colectiva de la verdad, que no acepta ideas monolíticas, que no tiene santuarios a la “forma” lógica por la “forma” misma, que no dota a la razón de poder demiúrgico y que no rinde pleitesía a ninguna entidad o voluntad extraterrestre. Pero rigor implica rigor ético, también. No sólo rigor con las “formas” lógicas, con los razonamientos abstractos, con los datos aislados. Rigor implica exigencia al máximo del entendimiento y de la responsabilidad que produce entender los hechos, responsabilidad que invariablemente nos conduce a la práctica a la acción y en rigor, si se es coherente, intervenir rigurosamente.
Extraído del libro: Filosofía de la comunicación, por Fernando Buen Abad
Contamos con el materialismo dialéctico como praxis, que en sí comporta la exigencia de su propia crítica y desarrollo, que implica también, elección crítica de método, praxis y desarrollo del método. No es un método cerrado, no es un método intocable y esa es una de sus riquezas y rigores. Es en el “campo” de la filosofía donde se concitan los nervios teórico- metodológicos de muchas ciencias o disciplinas que no le temen al “rigor” científico, que entienden por “rigor” la búsqueda infatigable y colectiva de la verdad, que no acepta ideas monolíticas, que no tiene santuarios a la “forma” lógica por la “forma” misma, que no dota a la razón de poder demiúrgico y que no rinde pleitesía a ninguna entidad o voluntad extraterrestre. Pero rigor implica rigor ético, también. No sólo rigor con las “formas” lógicas, con los razonamientos abstractos, con los datos aislados. Rigor implica exigencia al máximo del entendimiento y de la responsabilidad que produce entender los hechos, responsabilidad que invariablemente nos conduce a la práctica a la acción y en rigor, si se es coherente, intervenir rigurosamente.
Extraído del libro: Filosofía de la comunicación, por Fernando Buen Abad
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